El velo pintado es una película con aires de clásico estilo Memorias de África. Paisajes exóticos, historia turbulenta, momento histórico crucial auqnue sin consistencia. Personajes estereotipados previsibles que sólo parecen se dejan mover por el tiempo trascurrido desde que empezó la película sin legar a notarse que son ellos realmente los que manejan su historia. Reconozco que la historia me pareció blanda sobre todo porque la película que había visto justo antes era Closer donde las cargas de profundidad que lanzan los personajes con sus dialogos explotan muy cerca de los sentientos y me dejó una sensación de inquietud.
Para ver le velo pintado lo mejor es dejarse llevar por la fotografía, la historia sencilla y sobre todo por la banda sonora dónde destaca una pieza (Gnossienne No.1) de piano de Erik Satie de enorme belleza y de poder casi hipnótico que me ha hecho volver a buscar discos de este compositor y recrearme en el piano solitario de sonido agridulce. De hecho el resto de la banda sonora compuesta por Alexandre Desplat es posible que la escuche ocasionalmente, pero esa pieza de piano formará aprte de mi iconografía.