Pues sí, al final el clima nos respetó y pudimos disfrutar de la ópera de Verdi Il Trovatore en la Plaza de Oriente. Las instalaciones consistian en una pantalla gigante instalada en la fachada del Teatro Real con una calidad mejorable ya que desde mi posición costaba leer los subtítulos (por la baja resolución de la pantalla, no sólo por la farola) y el sonido era aceptable aunque en la arias más potentes se saturaba. Pero de todas formas es una agradable experiencia que si se molestasen un poco más podrían trasformarla en sublime. Además, que gustazo debe ser fumar en la ópera.
Una enorme asistencia de público que rápidamente ocuparon las sillas, los jardines, los pasillos y los accesos. Me sorpredió gratamente el gran respeto que había porque a pesar de ser al aire libre y en una plaza pública reinaba el silencio y no escuché un sólo móvil.
Esperemos que esto se repita mucho más a menudo.
